Durante mucho tiempo se han venido satanizado a las grasas. Es hasta los últimos años que se le ha dado el enfoque y la importancia que estas merecen. ¡El cuerpo humano no sólo necesita grasas, sino que les son indispensables para subsistir!
Si hablamos de grasas hay especialmente un tipo que no querrás eliminar de tu dieta jamás: LOS ÁCIDOS GRASOS OMEGA-3. Estos ácidos grasos se dividen en dos tipos: EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico) y se encuentran, principalmente, en los pescados como el salmón, las sardinas, entre otros. El tercer tipo es el ALA (ácido alfa-linolénico) que encontramos en fuentes vegetales como son las nueces, las semillas, la chía y las algas, ente otros. Los ácidos grasos EPA y DHA son absorbidos directamente por el cuerpo humano mientras que la fuente vegetal ALA tiene que ser transformado por el cuerpo en EPA y DHA para poder ser aprovechado. Debido a lo anterior, tan sólo un porcentaje bajo del ALA es, realmente, utilizado por el cuerpo humano. Cabe mencionar que, de las fuentes vegetales del Omega-3, las algas sí poseen una pequeña cantidad de EPA y de DHA.
No sólo necesitas estas grasas para funcionar, sino que también te proveen de grandes beneficios para la salud.
¿Sabías que los ácidos grasos Omega-3, entre otros muchos maravillosos beneficios, poseen extraordinarias propiedades desinflamatorias? Múltiples condiciones crónicas de salud tales como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, la depresión, el dolor, las alergias y hasta el cáncer, pueden ser desencadenadas por un sistema inmune hiperactivo el cual produce algo llamado INFLAMACIÓN.
Los ácidos grasos mayormente antiinflamatorios son los EPA y los DHA.
Si te aseguras en tener niveles adecuados de Omega-3 en el cuerpo estarás compensando, disminuyendo o ayudando a esa inflamación. Y esto es esencial e importante para nuestro bienestar.
Si después de algún entrenamiento, sientes inflamación muscular, debilitamiento mental…pues es momento de complementar tus días con las dosis adecuadas de Omega-3.
Si aparte quieres ayudar aún mejor a tu cuerpo en sus procesos desinflamatorios es importante mantener la carga glicémica de los alimentos lo más baja posible ya que, manteniendo nuestros niveles de insulina bajos, estaremos apoyando este proceso. Te platicaremos más acerca de esto en las próximas semanas.
No queremos dejar de mencionarte otro increíble desinflamatorio que posiblemente tengas en la alacena de tu cocina: LA CÚRCUMA. La cúrcuma está formada, principalmente, por un componente activo llamado CURCUMINA y ha sido utilizada desde hace más de 4,000 años; es muy conocida por sus propiedades antiinflamatorias, entre muchas otras; es por esto por lo que es una especia muy recomendable para aquellos que practican deporte pues puede ser un gran aliado para mantener tus articulaciones en perfectas condiciones, evitando que se inflamen y que duelan. Te recomiendo que le agregues una pizca de pimienta cuando la consumas o consigas cápsulas de cúrcuma que la incluyan ya que es esta la que te ayudará a que el cuerpo absorba la curcumina. Además, al igual que el Omega-3, ayuda a evitar la formación de coágulos sanguíneos, pues mejora la circulación sanguínea. ¿Recuerdas que te platicamos acerca del estrés oxidativo? Pues la cúrcuma tiene un alto poder antioxidante, el cual protegerá a tu cuerpo.
Omega-3 y Cúrcuma….FABULOSOS PARA COMBATIR LA INFLAMACIÓN.
NOTA: cabe mencionar que, como en cualquier cambio en hábitos, los beneficios no se ven de la noche a la mañana…se requiere de constancia. En el caso de los ácidos grasos, se requiere de su acumulación en las membranas lipídicas de tus células para comenzar a gozar de los potentes beneficios desinflamatorios. Así que,¡comienza ya a consumir Omega-3! Y asegúrate de hacerlo con marcas con buena reputación, si es que te quieres suplementar.
¿Cuánto debo tomar?
Si estás en un proceso inflamatorio se sugiere consumir entre 1000 y 2500 miligramos diariamente y, como mantenimiento, 1000 miligramos aproximadamente. Aparte de los beneficios de tomar suplementos con Omega-3 y con cúrcuma, si así lo desearas, te comparto los alimentos ricos en Omega-3 que querrás incorporar a tu alimentación:
EPA y DHA: salmón, anchoas, sardinas, atún (asegúrate de conseguirlos “salvajes” y no “de granja” en la medida de lo posible).
ALA: nueces de Castilla, linaza, aceite de linaza, chía, algas.
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